El pago de rescate ha llegado a las filas de la tecnología, en la cual los ciberdelincuentes utilizan programas maliciosos o códigos malignos a través de cualquier tipo de software que realiza acciones dañinas en el sistema informático de forma intencionada, sin el conocimiento del usuario, con el fin de restringir el acceso a archivos del sistema operativo infectado, solicitando un rescate a cambio de quitar esta restricción.
Esa acción mal intencionada es la denominada ransomware o secuestro de datos en español, que es una nueva modalidad de ciberataque en el cual “secuestran” los datos de un dispositivo y los codifican para que los usuarios no puedan acceder a ellos, a menos que se pague un “rescate”. Este procedimiento es elegido por criminales, considerando que la víctima, se trate de una persona o de una organización, experimente un miedo al no ver su información y piense que su única opción sea pagar el rescate, solicitado por el criminal.
Aunque no hay garantía de retorno y tampoco de que esos datos sean utilizados posteriormente para un nuevo ataque con otra modalidad, algunas de las recomendaciones que se sugieren para evitar ser una víctima, son las siguientes:
- No responder cualquier mensaje, no dar clic en cualquier enlace, no abrir cualquier archivo inesperado que se recepcione por correo o por las redes sociales.
- Siempre prevenir y desconfiar, considerando que ataques de ransomware inician con vulneraciones de seguridad.
- Contar con respaldos de la información que estén fuera de los equipos.
- Proteger los equipos con un buen antivirus.
- Sospechar de cualquier mensaje recepcionado que redireccione a un enlace o archivo y que solicite abrirlo.
Teniendo en cuenta estos puntos, se podrá disminuir el riesgo de ser víctima de estos tipos de ataques.
Fuente: infobae.com